De lo bien que la pasamos anoche (Edit)

Anoche no tuvo precedentes… ¿O sí?

Todo empezó como empiezan las cosas que nos traen felicidad siempre: sin aviso.

Primero, la ocasión de vernos, la que requirió cierta planificación pero que de todas formas nos sorprendió con lo que traería más tarde. Luego, la empatía, que coordinaría todo invisiblemente. Los demás ingredientes llegarían atraídos por el poder de la complicidad y el deseo de cada uno de ser el mejor anfitrión, yo de tí y tú de mí.

La idea no es extender un cortísimo momento como el de ayer, no es posible, pero ¿qué tal si lo revivimos una y otra y otra y otra vez?